The Happy Huha

Bueno, debo reconocer que cuando vi a mi prima vestida de novia entrando a la Iglesia toda de blanco y radiante, me vino un sentimiento extraño, algo parecido a ganas de casarme también y ponerme un vestido de cola, un velo bordado, entrar con mi Papá del brazo y verlo chocho de emoción, pero de pronto el sentimiento pasó... volví a la realidad y la verdad es que casarme es algo que sinceramente veo imposible, algo muuuuuuuuuuuyyyyyyyyyyyyyyy difícil que ocurra. Primero por la Iglesia, sería muy complicado ya que tengo serios conflictos con esta institución eclesiástica llamada Iglesia Católica (tema que a lo mejor comentaré en otro momento) y lo otro, encontrar un novio a estas alturas... uf! difícil, más si tengo una hija a quien debo proteger y cuidar...
La cosa es que en el fondo de mi corazón siento que sería lindo casarme, pero más lindo sería poder enamorarme de nuevo y creer otra vez en el amor....
Y bueno, agarré el ramo en el matrimonio de mi prima... pero es sólo un ritual. Aunque igual me da un poco de esperanza... más después de saber que una amiga de la Tatay (mi abuelita) de ochentitantos años se casó con un viejo de ochentitantos también y se casó con ramo, fiesta y de todo... no sé si habrán tenido Luna de Miel... yo espero encontrar alguien antes pa’ llegar a la noche de bodas que sea y no solamente llegar, si no que tener fuerzas para vivirla apasionadamente...
Por ahora lo más cercano que puedo tener a un matrimonio es probarme el vestido de mi prima, verme al espejo, caminar por el pasillo del departamento y autotirarme arróz... TATATATÁN!!!!

va la novia, le sigue atrás un elefante... El 25 de Marzo pasado, mi queridísima y estimada prima Paulita se casó por la Iglesia, con traje blanco (la patúa), de velo y cola, con Novio elegante, con pajes (mi hija era una de ellas) con cena, baile, copete, familia, amigos y demases producidos a lo Red Carpet. A pesar de que ya estaba casada por el civil hace un año y medio éste matrimonio fue muy especial. Especial porque hace mucho tiempo que la familia no tenía un evento de este tipo (ya que el último matrimonio con tutti fue el del Tío Alejandro, que fue hace más de 10 años). La emoción era tal que andábamos todos tiritones y ansiosos. Mi prima se veía espectacular, creo que nunca se había visto tan bonita en su vida, fue tal la emoción que se me llenaron los ojos de lágrimas, pero me aguanté... lo de la ceremonia por la Iglesia, fue como todas las ceremonias, el cura se pegó su “pequeño” discurso, la Novia le dio el beso al Novio cuando todavía no había que darlo, no se entendía lo que el cura hablaba por micrófono, la argolla en el dedo equivocado, en fin, como uno no asiste a estas cosas muy seguido, nadie sabía mucho que hacer, especialmente los Novios... pero lo entretenido fue obviamente después, en la cena y fiesta. Primero el vals, el novio con la novia, el novio con la suegra, la novia con el padre, el suegro con la madre, el padre con la suegra, al final siempre queda el revoltijo de parejas y mientras ellos bailan los invitados los miran haciendo el típico comentario de que bien bailan los novios siendo tan jóvenes... ¿y porqué tendrían q bailar mal, si el vals es el baile más fácil de todos...? es cosa de agarrar bien a la pareja y dar un paso para el lado y luego para el otro... no se qué dificultad le ven a eso... en fin, después con copa de champagne en la mano el brindis típico donde los novios cruzan sus brazos y toman un sorbo... ¡SALÚ! POR FIN LOS CANAPÉS!!!!! Luego de tanta tensión el hambre ataca... después del picoteo, a la cena... donde hice tanta dieta para estar flaca para la ocasión, se me achicó el estómago y no pude comer el postre (bueno, estoy media acostumbrada, ya que hace tiempo que no como postre, jejeje). Después de comer, los Novios dieron los agradecimientos y como los Padrinos eran medios cortos de genio, no dijeron nada así que filo... empezó la música mierda!!! La Novia bailaba haciendo sus coreografías de siempre... como yo no tenía pareja y el Tío Alejandro anda entre separado y soltero me lo calé altiro, hasta mi abuelita se olvidó de la artrosis, osteoporosis y todas sus cosas que terminan en osis y bailaba como trompito, hicimos trencitos, se tiró la liga, el ramo, los encintados, se cortó la torta y hasta bailé cueca. Lo malo... la Mamá del Novio con la emoción le subió la glicemia y el colesterol así que se tuvo que ir temprano a la posta. Lo que faltó... mi hermano que no pudo asistir por encontrarse fuera de la región y sin plata para viajar. Lo feo... cobrarle al Novio en la puerta cuando todos nos estábamos despidiendo de ellos. Lo bueno... Todo. La familia reunida, el baile, la comida, y lo principal es que después de la tristeza que pasamos en Febrero, empezamos con alegría este nuevo capítulo en nuestras vidas, especialmente para la vida de Paula y Rolando. ¡VIVAN LOS NOVIOS!!!!