Dime en qué micro andas y te diré quien eres...

lunes, 13 de febrero de 2006

Para los que tenemos cultura micrera, es decir, para los que no poseemos auto (aún, porque pretendo tener pronto) y tenemos que usar locomoción colectiva para desplazarnos, andar en micro definitivamente no es un placer...

Primero, desde el instante en que se pone el pie en el primer escalón, hasta cuando se vuelve a la acera en tierra firme, nuestros cinco sentidos tienen que estar en extrema alerta. Hay que estar alerta para agarrarse bien de cualquier fierro, pasamanos, brazo, etc. cuando la micro parte en tercera altiro (que no sé como cresta lo hacen los choferes pero es increíble la velocidad que puede tomar una micro en 2 segundos).

También hay que estar alerta para que no te hagan tonto con el vuelto, para “calar” asiento, para que no te roben, para pararle el carro al típico degenerado que se sobajea con tu hombro cuando estás sentada en el asiento que da al pasillo o bien cuando vas parada y pasan por detrás de ti.

Hay que estar alerta de seguir las instrucciones del chofer (avancen para atrás por favor) de sacar el boleto correcto cuando pasa el inspector, de darle el asiento a los de la tercera edad o a mis colegas madres con guaguas, de que si te bajas por la puerta trasera y el timbre no funciona de gritar bien fuerte ”PUERTAAAA”, de mamarse al payasito que recita una historia que en vez de hacerte reír te hace llorar, de que si vas con niños y vas en los asientos del medio y la micro está a punto de explotar de tanta gente, hay que empezar a moverte de tu asiento diez cuadras antes de donde te vas a bajar, y tratar de que no aplasten a los niños y de que se bajen ellos primero porque seguro que si te bajas tu primero, el chofer parte raja con el cabro chico arriba... y ahí no queda otra más que correr a velocidad turbo detrás de la micro...

Hay que estar alerta para elegir bien la micro a la que nos vamos a subir (hay veces en que no hay más opciones, pero cuando se puede...), si vamos atrasados al lugar de destino, cachar la que viene rajá... porque si elegimos mal y nos subimos a una que va a 10 por hora... es terrible, más aún cuando por la ventana vemos cómo pasan y pasan las otras micros que pudimos tomar... pero que por mal ojo no tomamos. Y elegir una micro que no se desarme en el camino... y que se vea desocupada, con asientos cómodos y limpia, porque si nos equivocamos...uf, el olor a vómito, a sudor, a empanada o a cosas inimaginables queda impregnado en nuestras narices por más tiempo de lo que quisiéramos...

En fin, al subirse a una micro lo primordial es estar alerta. Yo me sigo mareando en las micros como cuando era niña y como aquí en Viña, las distancias son medianamente cortas, prefiero caminar, pues aparte de que me hace sentir bien, ahorro bastante, ya que siempre he encontrado que la locomoción es muy cara y que no es muy equitativa... por ejemplo, con $350 puedo viajar de 15 norte a Playa Ancha en Valparaíso... pero por los mismos $350 viajo desde Traslaviña a mi casa en Etchevers Alto... $300 pesos me cobraron de la Clínica Reñaca hasta el centro de Viña, y $350 de Calle Marina con Ecuador hasta 14 Norte... ¿injusto? claro que si, pero bueno, así son las cosas, por eso soy cliente frecuente del único funicular que existe en Viña, el de Villanelo, que si bien no me deja en la puerta de mi casa, si me deja cerca y por $180, tengo un lindo y tranquilo paseo, con vista a mi hermosa ciudad.
Así que ABAJO LAS MICROS... a caminar, y si eso no nos resulta... en una de esas nos llevan por cien...

P.D: Los colectivos no están exentos de crítica, pero la haré en otro momento...
 
escrito por Yunicua a las 3:10 p. m., |

3 Comentarios:

  A las 7:33 p. m. Blogger Caro opinó:
Jajaja! De mis tiempos universitarios recuerdo que uno tenía un músculo especialmente adaptado en las piernas para poder viajar de pie con la mochila llena de libros, los cuadernos en un brazo, un bolso con ropa de cambio al otro lado, y afirmada solo por el dedo meñique, porque el resto de la mano contenía el vuelto y el "boleto escolar". Este músculo era esencial a la hora en que la micro daba un giro inesperado o pasaba un lomo de toro a gran velocidad. Uno debía usarlo para equilibrarse y no terminar con la cabeza enterrada en el pantalón de algún "caballero" que por no darte el asiento, se hacía el dormido o repentinamente encontraba "algo" absolutamente interesante que mirar por la ventana... qué tiempos aquellos... gracias a Dios que se acabaron!
  A las 1:14 a. m. Blogger Maite opinó:
jajaja! Toda la razón...Reconozco que soy bastante cómoda y más aún ahora con guagua, y si no puedo contar con el auto familiar [extraño enormemente mi autito que en tantas aventuras me acompañó...Un segundo de silencio :-(]...a veces prefiero ni salir, o salir definitivamente "a pata" (dicho en buen chileno) a menos que ande muy apurada, porque igual en Viña todo está como junto y vivo cerca del centro, entonces no hay tanto drama (nunca tan poto con ruedas). En conclusión, me cargan las micros, pero a veces es inevitable...
  A las 11:40 a. m. Anonymous Anónimo opinó:
Me cargan las micros, y los colectivos tambien, mas encima ahora hacen las micros mas incomodas del mundo la 22 son super chicas y no pasan nunca.

En realidad ni siquiera son micros la realidad es q tienen chasis de camion 3/4 y aca en Chilito le hicieron la carroseria de micro. No tienen amortiguacion, les recomiendo la siguiente experiencia subirse a una 22 cuanto este con poca gente y sentarse en el ultimo asiento y darse una vuelta x las disparejas calles de recreo, van a llegar con un agradable dolor de riñones. En el caso de las mujeres si tienen un busto mas o menos grande les recomiendo que se lo afirmen con las manos en cada salto, si no quieren sufrir.

Despues de un estudio bastante acabado, de dar tantas vueltas en la micro, les aconsejo lo sgte;
Cuando la micro salte siganle el juego pero para eso hay q tener un buen juego de rodillas y una buena condicion fisica. Si se colocan rigidos esperando el salto les va a ir muy mal, van a dar muchos botes en el asiento y mas de algun quejido se les va a salir. Es muy tipico eso de escuchar quejidos en la micro despues de un gran salto.

Por lo menos la tarifa es de $250.
algo bueno tienen.

Esto me hace recordar la querida bicicleta, pero con esta geografia llena de cerros es un poquito incomoda usarla. Por eso mas quiero al campo para todos lados en cleta, hasta en carretes lo unico malo que con copete cuesta un poquito subirse y agarrar vuelito.

chao besitos...