The Happy Huha

Es domingo y estoy sentada en el sillón del living de mi casa tomando sol, leyendo “El Mercurio” de Valpo. en bata y pantuflas con una tos flemática de mierda, de esas que produce mueca de asco en los extraños y deja en vergüenza en los lugares públicos y estoy aburrida... ya llevo más de dos semanas enferma y ya estoy desesperada.

Primero fue un Rotavirus, que hizo del baño mi amante, mi amigo y mi mejor compañero por toda una noche, y digo "amante, amigo y mejor compañero" porque le abracé, le amé y después de darle todo de mí lo odié por no poder zafarme de él.

Y por supuesto que cuando pasan este tipo de cosas los diagnósticos son variados dependiendo de con cuántos parientes adultos vivas, en mi caso los de mi Mamá y mi Abuelita fueron varios -“Algo se le pegó en el estómago”,”A lo mejor te dio enfriamiento”,”¿Dónde te duele?... AAAAAhhh eso es la vesícula...”,”¿No será apendicitis?” -y como si fuera poco empiezan a buscar al culpable de aquel cuadro-“¿Comiste huevo? ¿Mayonesa? ¿Jamón? ¿Palta?..... AAAAhhhh las sopaipillas...” -y así nombran cuanto alimento se les ocurre cuando hasta el olor al agua te da asco... QUÉ IMPORTA LO QUE TE HIZO MAL, LO IMPORTANTE ES QUE TERMINE PRONTO.... POR FAVOR, LLAMEN AL DOCTOR!!!!

Llegó el Doctor y me pinchó dos inyecciones de solución intradolorosa en mis bellos cachetitos celulíticos gelatinosos que hizo pasar el dolor de estómago a un lugar secundario... -“relaje el cachetito, si tiene la mano suavecita el doctor para colocar inyecciones” -NARANJAS... me dolió más que la cresta...

Por fin caí rendida y pude descansar... pero duró poco, ya que el supuesto Rotavirus (ya que a lo mejor fueron las sopaipillas) se esparció por el hogar y cuando ya me empezaba a recuperar Fafi y Tatay (mi hija y mi abuelita) comenzaron a vomitar AL UNÍSONO... así que tuve que pasar rápidamente de paciente a enfermera y luego de una nueva noche de festival de vómitos la casa cayó en calma... por poco tiempo,mi Mamá no podía quedar fuera del elenco del “Exorcista IV”, pero como ella es más delicada de “guatita”, la tuve que llevar al Hospital... allá fue otra historia y otro atado... en resumen, fue una semana vomitivamente de mierda... y como si esto fuera poco, me agarro un resfriado de esos con escalofríos de espasmos epilépticos, 40 de fiebre, dolor de cabeza, sentirse morir y todo lo que se pueden imaginar de un resfriado multiplicado por un millón, y claro, si no había comido nada como en cuatro días y me meto a la posta que para más recacha estaba más llena que nunca, alguna huevá me tenía que pegar.

Así que bueno, estuve dos días más incomunicada del mundo, encerrada en una pieza donde solo entraba mi Mamá con mascarilla para no contagiarse y por fin hoy pude salir de mi aislamiento y ver el sol, el mar y la ciudad desde mi balcón.

Y para peor, todo esto fue mi culpa- “Quizás donde te pegaste el Rotavirus...”- como si intencionalmente me metí al meollo del Rotavirus para contagiármelo... -“Pero hay que ser muy tonta para comprar sopaipillas en la calle...” -no fue en la calle, fue en la panadería, además no soy tonta... fui tentada...

La cosa es que por lo menos bajé unos kilitos y espero pronto poder salir al mundo exterior con la frente en alto por haberle ganado a tanto bicharraco microscópico que invadió mi cuerpo...

Moraleja : Sopaipilla que no te mata, te fortalece para la próxima comértela pasada con chancaca...